Desafíos competitivos de la industria agrícola ante las normativas y preferencias sobre seguridad alimentaria en los mercados internacionales

Por: Lumio Humire, Roxana PaolaColaborador(es): Cabrera Tasso, Renato Aaron (Comisión de tesis) [, prof. guía] | Osorio Zelada, Hugo Antonio (Comisión de tesis) [prof. corref.] | UTFSM. Departamento de Industrias (1994-)Tipo de material: TextoTextoDetalles de publicación: Valparaíso : UTFSM , 2006Descripción: 186 h. ilTema(s): FRUTICULTURA -- CHILE | INDUSTRIA ALIMENTICIA -- CONTROL DE CALIDAD | FRUTAS -- EXPORTACION -- CONTROL DE CALIDAD | INDUSTRIA ALIMENTICIA -- NORMAS | BC / MEM (memorias UTFSM con resúmenes)Clasificación CDD: M 338.1 Nota de disertación: Tesis (Ing. Civil Industrial)-- Prof. guía: Renato Cabrera Tasso; prof. corref. : Hugo Osorio Tema: [Resumen del autor]Tema: El trabajo, que se presenta a continuación, posee como principal objetivo identificar cuáles son los desafíos competitivos, en términos de seguridad alimentaria, que se presentan para el sector exportador chileno de fruta fresca en los mercados internacionales (EE.UU. y U.E). Para ello, la investigación se estructuró en la recopilación de antecedentes generales y en el establecimiento de seis capítulos principales. Los antecedentes generales recopilados definen a la seguridad alimentaria como: "la garantía de que los alimentos no causen perjuicios a los consumidores cuando sean preparados y/o ingeridos de acuerdo con su uso previsto". Así, la garantía de la seguridad alimentaria implica la reducción de los riesgos que puedan surgir con los alimentos. En otras palabras, existe una buena calidad cuando el producto cumple los requisitos especificados por el cliente. La necesidad por la seguridad alimentaria surge como consecuencia de la pérdida de confianza de los consumidores, provocada por las diversas crisis alimentarias vividas en gran parte de Europa. Asimismo, otro hecho que gatillo aún más su auge fueron los atentados terroristas del 11 de septiembre 2001, en los Estados Unidos. La fruticultura constituye uno de los sectores más importantes para la economía nacional. Dentro de ésta, destacan las exportaciones de fruta fresca, que en el año 2004 llegaron a los US$ 1.928 millones de dólares. Hoy en día, la seguridad alimentaria constituye un requisito básico para la exportación de fruta fresca a los mercados internacionales. Actualmente, existen en el mercado una serie de protocolos, normativas y regulaciones cuyo objetivo principal es garantizar la inocuidad en la industria alimentaria. Los sistemas de aseguramiento se basan, principalmente, en el establecimiento de BPA (Buenas Prácticas Agrícolas), BPM (Buenas Prácticas de Manufactura) y HACCP (Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control). Estos programas pueden ser utilizados en distintas fases de la cadena agroalimentaria, desde el campo a la mesa, con el fin de mejorar la seguridad de las frutas frescas. Otra herramienta muy importante, para la garantía de la inocuidad alimentaria, es la trazabilidad, la que consiste en un conjunto de procedimientos establecidos que permiten conocer: la historia, la ubicación y la trayectoria de un producto, a lo largo de toda la cadena agroalimentaria. La mayor parte de las normas han sido creadas por cadenas minoristas para garantizar, a sus consumidores, el abastecimiento de alimentos seguros y de calidad. Las normas a considerar dependerán, en gran medida, del mercado al cual se desea entrar. Es así, que las grandes cadenas minoristas de USA requieren la certificación de normas que se basan, generalmente, en la "guía para reducir el riesgo microbiano de los alimentos", creada por el FDA Y USDA para frutas y verduras frescas. El programa ProSafe, elaborado por la Davis Fresh, ofrece la certificación basada en esta guía. Otra norma que es requerida en este mercado es SQF (Safe Quality Foods), la que a su vez se divide en SQF 1000, para producción primaria, y SQF 2000, para las empresas manufactureras. Por su parte, los minoristas de gran parte de Europa requieren la certificación EUREPGAP a sus proveedores. EUREPGAP es el primer sistema de Buenas Prácticas Agrícolas que se creó en el mundo, fue desarrollado por EUREP (Grupo de cadenas minoristas de distribución Europea) con el fin de resTema: ponder a las preocupaciones de los consumidores, acerca de: la seguridad alimentaria, el bienestar de los animales, el medio ambiente y la salud, bienestar y seguridad de los trabajadores. Se estima que alrededor del 80% de los proveedores de Europa requieren certificación EUREPGAP. Otras normas que son exigidas en este mercado, para empresas manufactureras, son principalmente: la BRC (British Retail Consortium) y la IFS (International Food Standard). En lo que respecta a las iniciativas gubernamentales tomadas en los principales países de destino, de la exportación frutícola chilena, destacan principalmente: la ley contra el Bioterrorismo, introducida por los EE.UU., que busca la protección ante un eventual ataque terrorista a los alimentos, estableciendo la obligatoriedad de contar con registros que permitan la trazabilidad del producto; y la Regulación N0 178/2002, de la Unión Europea, que establece que todos los alimentos que entren a este mercado deben contar con trazabilidad, a partir del 01 de enero de 2005. En Chile, la política de Estado para la agricultura ha fijado como meta, para el año 2010, que las BPA se apliquen a un 50% del PIB agropecuario. En la búsqueda de esta meta, el Gobierno ha establecido y cooperado en iniciativas públicas y público-privadas, entre la que destaca la creación de la Comisión Nacional de Buenas Prácticas Agrícolas. Entre las iniciativas privadas destaca, principalmente, la creación del protocolo ChileGap, que armoniza las exigencias europeas y estadounidense con la regulación nacional vigente. Actualmente, este protocolo se encuentra homologado con EUREPGAP y, recientemente, con el programa PROSAFE (USGap). Entre las nuevas tendencias sobre seguridad alimentaria, se destacan: la aplicación de tecnologías en los sistemas de trazabilidad, a través de la utilización de códigos de barra, y tecnologías RFDI; la creación de los primeros estándares de trazabilidad; la responsabilidad empresarial, entre otras. Chile es el principal exportador de fruta fresca del Hemisferio Sur, siendo sus principales competidores (ante similares ventajas comparativas): Australia, Argentina, Nueva Zelanda, y Sudáfrica. Entre todos estos países competidores, antes señalados, el que más puede complicar a Chile es Sudáfrica. Este país se destaca por su amplia oferta, bajo costo en mano de obra y su fuerte orientación al mercado europeo, específicamente al inglés, que hace que esté al día en todo lo que respecta a seguridad alimentaria. Por otro lado, Australia se presenta como un país que ha disminuido considerablemente su oferta exportadora, debido a su fuerte orientación hacia el mercado interno. Los costos de mano de obra son altos en Australia, motivo por el cual se ha enfocado a nichos de mercado que exigen alta calidad. Además, lidera actualmente los rankings de imagen-país a nivel mundial. Argentina posee una oferta exportadora que la ubica en el cuarto lugar del Hemisferio Sur, dentro de los países antes referidos, incluido Chile. Se destaca por su reconocimiento en el mercado orgánico. Finalmente, Nueva Zelanda es un país que es reconocido por su inversión en tecnología, generando, por ejemplo, empaques que advierten el grado de madurez de la fruta, la variedad del kiwi dorado, la variedad de manzana Jazz, etc. Entre los principales desafíos que debe enfrentar Chile, para la conservación de su liderazgo en los mercados internacionales (EE.UU. y UE) de fruta frTema: esca, son: aumentar su inversión en Biotecnología; Mayor incorporación de las tecnologías de la información; fomentar la mayor asociatividad entre las pequeñas y medianas empresas del sector; incorporación de la Agricultura Familiar Campesina a los Programas de Buenas Prácticas Agrícolas (BP A); fortalecimiento de las campañas de promoción destinadas a generar una identidad y una imagen precisa de Chile y sus alimentos, de tal manera que no sea visto como un productor de frutas commodities (precio, conveniencia, disponibilidad); modernización de su institucionalidad agroalimentaria; aumentar su participación en el mercado orgánico; y reconocimiento como "tercer país" por la Unión Europea.
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Tesis (Ing. Civil Industrial)-- Prof. guía: Renato Cabrera Tasso; prof. corref. : Hugo Osorio

[Resumen del autor]

El trabajo, que se presenta a continuación, posee como principal objetivo identificar cuáles son los desafíos competitivos, en términos de seguridad alimentaria, que se presentan para el sector exportador chileno de fruta fresca en los mercados internacionales (EE.UU. y U.E). Para ello, la investigación se estructuró en la recopilación de antecedentes generales y en el establecimiento de seis capítulos principales. Los antecedentes generales recopilados definen a la seguridad alimentaria como: "la garantía de que los alimentos no causen perjuicios a los consumidores cuando sean preparados y/o ingeridos de acuerdo con su uso previsto". Así, la garantía de la seguridad alimentaria implica la reducción de los riesgos que puedan surgir con los alimentos. En otras palabras, existe una buena calidad cuando el producto cumple los requisitos especificados por el cliente. La necesidad por la seguridad alimentaria surge como consecuencia de la pérdida de confianza de los consumidores, provocada por las diversas crisis alimentarias vividas en gran parte de Europa. Asimismo, otro hecho que gatillo aún más su auge fueron los atentados terroristas del 11 de septiembre 2001, en los Estados Unidos. La fruticultura constituye uno de los sectores más importantes para la economía nacional. Dentro de ésta, destacan las exportaciones de fruta fresca, que en el año 2004 llegaron a los US$ 1.928 millones de dólares. Hoy en día, la seguridad alimentaria constituye un requisito básico para la exportación de fruta fresca a los mercados internacionales. Actualmente, existen en el mercado una serie de protocolos, normativas y regulaciones cuyo objetivo principal es garantizar la inocuidad en la industria alimentaria. Los sistemas de aseguramiento se basan, principalmente, en el establecimiento de BPA (Buenas Prácticas Agrícolas), BPM (Buenas Prácticas de Manufactura) y HACCP (Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control). Estos programas pueden ser utilizados en distintas fases de la cadena agroalimentaria, desde el campo a la mesa, con el fin de mejorar la seguridad de las frutas frescas. Otra herramienta muy importante, para la garantía de la inocuidad alimentaria, es la trazabilidad, la que consiste en un conjunto de procedimientos establecidos que permiten conocer: la historia, la ubicación y la trayectoria de un producto, a lo largo de toda la cadena agroalimentaria. La mayor parte de las normas han sido creadas por cadenas minoristas para garantizar, a sus consumidores, el abastecimiento de alimentos seguros y de calidad. Las normas a considerar dependerán, en gran medida, del mercado al cual se desea entrar. Es así, que las grandes cadenas minoristas de USA requieren la certificación de normas que se basan, generalmente, en la "guía para reducir el riesgo microbiano de los alimentos", creada por el FDA Y USDA para frutas y verduras frescas. El programa ProSafe, elaborado por la Davis Fresh, ofrece la certificación basada en esta guía. Otra norma que es requerida en este mercado es SQF (Safe Quality Foods), la que a su vez se divide en SQF 1000, para producción primaria, y SQF 2000, para las empresas manufactureras. Por su parte, los minoristas de gran parte de Europa requieren la certificación EUREPGAP a sus proveedores. EUREPGAP es el primer sistema de Buenas Prácticas Agrícolas que se creó en el mundo, fue desarrollado por EUREP (Grupo de cadenas minoristas de distribución Europea) con el fin de res

ponder a las preocupaciones de los consumidores, acerca de: la seguridad alimentaria, el bienestar de los animales, el medio ambiente y la salud, bienestar y seguridad de los trabajadores. Se estima que alrededor del 80% de los proveedores de Europa requieren certificación EUREPGAP. Otras normas que son exigidas en este mercado, para empresas manufactureras, son principalmente: la BRC (British Retail Consortium) y la IFS (International Food Standard). En lo que respecta a las iniciativas gubernamentales tomadas en los principales países de destino, de la exportación frutícola chilena, destacan principalmente: la ley contra el Bioterrorismo, introducida por los EE.UU., que busca la protección ante un eventual ataque terrorista a los alimentos, estableciendo la obligatoriedad de contar con registros que permitan la trazabilidad del producto; y la Regulación N0 178/2002, de la Unión Europea, que establece que todos los alimentos que entren a este mercado deben contar con trazabilidad, a partir del 01 de enero de 2005. En Chile, la política de Estado para la agricultura ha fijado como meta, para el año 2010, que las BPA se apliquen a un 50% del PIB agropecuario. En la búsqueda de esta meta, el Gobierno ha establecido y cooperado en iniciativas públicas y público-privadas, entre la que destaca la creación de la Comisión Nacional de Buenas Prácticas Agrícolas. Entre las iniciativas privadas destaca, principalmente, la creación del protocolo ChileGap, que armoniza las exigencias europeas y estadounidense con la regulación nacional vigente. Actualmente, este protocolo se encuentra homologado con EUREPGAP y, recientemente, con el programa PROSAFE (USGap). Entre las nuevas tendencias sobre seguridad alimentaria, se destacan: la aplicación de tecnologías en los sistemas de trazabilidad, a través de la utilización de códigos de barra, y tecnologías RFDI; la creación de los primeros estándares de trazabilidad; la responsabilidad empresarial, entre otras. Chile es el principal exportador de fruta fresca del Hemisferio Sur, siendo sus principales competidores (ante similares ventajas comparativas): Australia, Argentina, Nueva Zelanda, y Sudáfrica. Entre todos estos países competidores, antes señalados, el que más puede complicar a Chile es Sudáfrica. Este país se destaca por su amplia oferta, bajo costo en mano de obra y su fuerte orientación al mercado europeo, específicamente al inglés, que hace que esté al día en todo lo que respecta a seguridad alimentaria. Por otro lado, Australia se presenta como un país que ha disminuido considerablemente su oferta exportadora, debido a su fuerte orientación hacia el mercado interno. Los costos de mano de obra son altos en Australia, motivo por el cual se ha enfocado a nichos de mercado que exigen alta calidad. Además, lidera actualmente los rankings de imagen-país a nivel mundial. Argentina posee una oferta exportadora que la ubica en el cuarto lugar del Hemisferio Sur, dentro de los países antes referidos, incluido Chile. Se destaca por su reconocimiento en el mercado orgánico. Finalmente, Nueva Zelanda es un país que es reconocido por su inversión en tecnología, generando, por ejemplo, empaques que advierten el grado de madurez de la fruta, la variedad del kiwi dorado, la variedad de manzana Jazz, etc. Entre los principales desafíos que debe enfrentar Chile, para la conservación de su liderazgo en los mercados internacionales (EE.UU. y UE) de fruta fr

esca, son: aumentar su inversión en Biotecnología; Mayor incorporación de las tecnologías de la información; fomentar la mayor asociatividad entre las pequeñas y medianas empresas del sector; incorporación de la Agricultura Familiar Campesina a los Programas de Buenas Prácticas Agrícolas (BP A); fortalecimiento de las campañas de promoción destinadas a generar una identidad y una imagen precisa de Chile y sus alimentos, de tal manera que no sea visto como un productor de frutas commodities (precio, conveniencia, disponibilidad); modernización de su institucionalidad agroalimentaria; aumentar su participación en el mercado orgánico; y reconocimiento como "tercer país" por la Unión Europea.

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