El desalojo : ?por qué la Concertación debe irse el 2010?

Luego de elegir cuatro gobiernos consecutivos, la Concertación, la más exitosa coalición política chilena del último medio siglo, presenta síntomas de fatiga y envejecimiento. Cuando los episodios de corrupción se multiplican en el aparato estatal hasta configurar una verdadera ideología; cuando la incompetencia gubernativa se traduce en reiterados fracasos para enfrentar la delincuencia, generar estándares de calidad en la educación o reducir las brechas de desigualdad en la sociedad chilena; cuando el Transantiago se convierte en la gran metáfora de la intervención supuestamente redentora del Estado en la vida cotidiana de las personas; cuando el país se farrea grandes oportunidades de crecimiento en el escenario externo más ventajoso que ha tenido en décadas; cuando se gobierna con la vista puesta no en los intereses del país, sino en las ventajas de una hermandad de operadores y dirigentes políticos que han terminado por capturar al Estado y convertirlo en feudo de pegas y contratos... es que ha llegado el momento de reivindicar la decencia en la acción política y la responsabilidad histórica en la tarea de gobernar. El desalojo es una mirada implacable al Chile de los últimos años. También, una exhortación apasionada a la renovación de los equipos gubernamentales y un profundo acto de fe en la necesidad de reconciliar al país con las dinámicas del crecimiento económico, la dignidad ciudadana y la justicia social.

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