Programa para la gestión del mantenimiento y obras de mejores en función de los índices de calidad exigidos por la legislación vigente

Por: Barrera García, Héctor GarcíaColaborador(es): Leiva Blanco, Nelson (Comisión de tesis) [, prof. guía] | Bustos Obregón, Julián (Comisión de tesis) [, prof. guía] | UTFSM. Departamento de Electricidad (1994 - 2008)Tipo de material: TextoTextoDetalles de publicación: Valparaíso : UTFSM, 2000Descripción: 58 h. : il. + 2 planos plegTema(s): ADMINISTRACION DE CALIDAD TOTAL | ENERGIA ELECTRICA -- DISTRIBUCION -- CONTROL DE CALIDAD | ENERGIA ELECTRICA -- LEY Y LEGISLACION | BC / MEM (memorias UTFSM con resúmenes)Clasificación CDD: M 621.319 Nota de disertación: Tesis (Ing. Electricista) -- Profs. guías: Nelson Leiva Blanco, Julián Bustos Obregón Tema: [Resumen del autor]Tema: La entrada en vigencia del Decreto Supremo nʻ 327 en Septiembre de 1998, en lo que respecta a los índices de calidad y la aplicación de multas, planteó un quiebre en el negocio de la distribución eléctrica, de hecho la experiencia del personal que realizaba los planes de mantenimiento se hizo insuficiente ante las nuevas exigencias que impone la autoridad. Estas exigencias, en todo caso definen la información necesaria que se debe tener para el control efectivo de dichos índices. La visión de las empresas eléctricas con respecto al mantenimiento tradicionalmente es como un gasto a través del cual se puede obtener beneficios limitados (en el caso de evitar fallas y/o accidentes en el que existan daños a personas o equipos), la calidad de servicio no era un parámetro relevante para la toma de decisiones, ya que sólo era cuantificable para los grandes clientes (clientes libres normalmente). Actualmente, con el Decreto Supremo nʻ 327 el concepto de la calidad de servicio toma una gran importancia, ya que justifica y da un beneficio adicional a las inversiones que se deban realizar para mantener estos parámetros dentro de ciertos niveles cuantificables y auditables por la autoridad respectiva. Por esta razón es necesario contar con una herramienta computacional que oriente los planes de obras en mantenimiento (o de mejoras) en las redes existentes de acuerdo a criterios preestablecidos, a modo de optimizar los recursos disponibles en función de los índices de calidad, estos recursos deben centralizarse en los sectores en donde estos índices sean críticos, de manera tal que esta herramienta entregue un parámetro de evaluación para discernir los montos a destinar para la solución de dichas situaciones. Tradicionalmente las inversiones para efectuar mantenimientos preventivos eran definidas históricamente por medio de revisiones visuales de inspectores que patrullaban los diversos alimentadores. En la actualidad se está orientando hacia la racionalización de estas inversiones en función de los índices de calidad, por lo tanto utilizándose los recursos de una manera óptima. Las bases para esta aplicación son: 1. Análisis de todas las fallas ocurridas en el sistema de distribución durante un período de tiempo definido y a partir de las causas registradas determinar la zona o equipos en que sea necesario realizar inversiones. 2. Evaluar de acuerdo a parámetros previamente definidos los montos a invertir de acuerdo a los tipos de trabajos a realizar en las zonas determinadas en el punto anterior. 3. Priorización de trabajos permitiendo orientar los trabajos que debieran ejecutarse y cuales puedan postergarse, considerando su efecto sobre los indicadores de calidad, posibles multas, cantidad y tipo de clientes afectados.
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Incluye anexos

Tesis (Ing. Electricista) -- Profs. guías: Nelson Leiva Blanco, Julián Bustos Obregón

h. 57

[Resumen del autor]

La entrada en vigencia del Decreto Supremo nʻ 327 en Septiembre de 1998, en lo que respecta a los índices de calidad y la aplicación de multas, planteó un quiebre en el negocio de la distribución eléctrica, de hecho la experiencia del personal que realizaba los planes de mantenimiento se hizo insuficiente ante las nuevas exigencias que impone la autoridad. Estas exigencias, en todo caso definen la información necesaria que se debe tener para el control efectivo de dichos índices. La visión de las empresas eléctricas con respecto al mantenimiento tradicionalmente es como un gasto a través del cual se puede obtener beneficios limitados (en el caso de evitar fallas y/o accidentes en el que existan daños a personas o equipos), la calidad de servicio no era un parámetro relevante para la toma de decisiones, ya que sólo era cuantificable para los grandes clientes (clientes libres normalmente). Actualmente, con el Decreto Supremo nʻ 327 el concepto de la calidad de servicio toma una gran importancia, ya que justifica y da un beneficio adicional a las inversiones que se deban realizar para mantener estos parámetros dentro de ciertos niveles cuantificables y auditables por la autoridad respectiva. Por esta razón es necesario contar con una herramienta computacional que oriente los planes de obras en mantenimiento (o de mejoras) en las redes existentes de acuerdo a criterios preestablecidos, a modo de optimizar los recursos disponibles en función de los índices de calidad, estos recursos deben centralizarse en los sectores en donde estos índices sean críticos, de manera tal que esta herramienta entregue un parámetro de evaluación para discernir los montos a destinar para la solución de dichas situaciones. Tradicionalmente las inversiones para efectuar mantenimientos preventivos eran definidas históricamente por medio de revisiones visuales de inspectores que patrullaban los diversos alimentadores. En la actualidad se está orientando hacia la racionalización de estas inversiones en función de los índices de calidad, por lo tanto utilizándose los recursos de una manera óptima. Las bases para esta aplicación son: 1. Análisis de todas las fallas ocurridas en el sistema de distribución durante un período de tiempo definido y a partir de las causas registradas determinar la zona o equipos en que sea necesario realizar inversiones. 2. Evaluar de acuerdo a parámetros previamente definidos los montos a invertir de acuerdo a los tipos de trabajos a realizar en las zonas determinadas en el punto anterior. 3. Priorización de trabajos permitiendo orientar los trabajos que debieran ejecutarse y cuales puedan postergarse, considerando su efecto sobre los indicadores de calidad, posibles multas, cantidad y tipo de clientes afectados.

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